miércoles, 31 de diciembre de 2008

Faltan 4 meses

Este año no se cierra en el saludo del 31 a las doce. Este año no se despide con el brindis de Año Nuevo.

A este Año Centenario le quedan cuatro meses, nuevas esperanzas de volver a Boedo y dos chances de coronación: Clausura y Libertadores. El 1 de abril de 2009 festejamos por partida doble. Celebramos el comienzo del primer año post centenario y el final de una fiesta que nos tuvo de la cabeza repasando grandes momentos históricos de la vida de San Lorenzo. Nos acercamos más que nunca a nuestras raíces. Tocamos de cerca la gloria y también de cerca olfateamos nuestra miseria.

Todo es San Lorenzo. Y San Lorenzo es todo.

El sabor amargo que nos invade por estos días no tiene que ver con la pérdida de campeonatos en instancias definitorias. Tiene que ver con el "cómo" se perdieron esas finales. Tiene que ver con la basura que mancha la pelota. Pero también en ese sabor amargo se reconoce la hidalguía de un club, que bancado por el orgullo de su gente, no se deja pisar facilmente. El cuervo se pone mal porque sabe que lo están estafando y lo denuncia. Sabe que dentro del club lo entregaron y sabe que las cosas se hacen a medias o por reacción: si no se copaba la nave, Ruggeri no se iba, por lo que no llegaba Ramón Díaz, por lo que no se ganaba un campeonato en el 2007.

Lamentablemente, el hincha también comete errores. Se emociona cuando Ramón dice "yo sé ganar la Copa" y ahí tenemos a Emiliano y a Michael, y a Bruno Díaz. El hincha se hace hincha de Orión, lo aplaude y está bien, el perdón es divino, la memoria es para los privilegiados. En San Lorenzo no parece haber muchos privilegiados con el don de recordar. Sin embargo, parece haber muchos buenos tipos privilegiados para gobernar, como su presidente electo: Rafael Savino. O como el presidente no electo: Marcelo Tinelli, quien paga y paga pero no se lleva nada... no?No obstante, hoy en San Lorenzo vemos gozosos como Marcelo Tinelli acerca grande jugadores y poco les importa a los hinchas que se rompen las manos para aplaudir un taco de Solari, una "boba" del Cabezón, un pique de Bergessio.

No es condenable esa actitud, después de todo, es fútbol. Gracias al aporte desinteresado de Marcelo Tinelli se le peleó de igual a igual a River en la Copa y a Boca en el Torneo... Bah... de igual a igual con Boca es imposible, ellos tienen el árbitro siempre y nosotros le tiramos la historia. Esta vez se aseguraron de no fallar con el pito, promesas son promesas (que descanses en paz Pedro).Y si al hincha de fútbol le traen grandes jugadores, lo demás no importa. Lo demás es orgullo, pertenencia, arraigo, trabajar para crecer, crecer es volver a Boedo. Y Boedo es nuestra Meca. El lugar elegido para los destinos de grandeza que soñó su mentor. Hoy por hoy, la figura de Lorenzo Massa vale menos que la estampita de San Ramón, que la cinta de capitán de Adrián González, que los guantes de Orión o que la vincha de Silvera.

El cura Lorenzo se la jugó por un grupo de pibes que dejaban la vida en el potrero de México y Treinta y Tres, salvando las distancias que nadie puede salvar (hoy en San Lorenzo nadie puede compararse con el Padre), falta ese personaje heroico que pueda conducir al rebaño, que se la juegue por un grupo de pibes y no necesite desenfundar millones para repatriar viejos trapos sin hambre de gloria para que se beneficien los intereses emprasariales de los buitres que mañana intentarán enjuiciarnos, bien lejos de los sentimientos y a una distancia aún mayor de los ideales que soñaban aquellos pibes que juntaban moneda a moneda para comprar el primer sello. Existe otro camino para llegar a la gloria y para seguir creciendo, estamos convencidos, sabemos que volviendo a Boedo, apostando al trabajo de las divisiones inferiores y apostando a una política de obras impulsada con recursos genuinos del club, podemos llegar al mejor puerto sin necesidad de entregarnos al mercado. Pero la decisión la tienen los socios. Y los socios que se abrazan para gritar un gol, son incapaces de pelar un debate serio para encarar estos temas determinantes para el futuro de la institución.

No está en los avatares políticos la llave que nos abra la puerta de la década santa, esa década que nos encuentre más grandes que nunca. La gente tiene que forzar esa salida. Abrir de par en par la puerta de la ilusión, mirar al futuro de frente y encararlo con fuerza. En San Lorenzo se necesita compromiso. Se reclama desde hace mucho tiempo y nunca nadie da el primer paso. Es importante que todos los hinchas de San Lorenzo que sueñan con dar la vuelta, ganar la copa y volver a Boedo se interioricen de los pormenores que encierra la vida del club. Un club enorme pero manejado por pocos, merodeado por los mismos de siempre y acosado por el poder. Nos fuimos al descenso, perdimos un estadio hermoso, soportamos dos décadas de sequía, y nunca se jugó una final Libertadora. Como socios e hinchas, tenemos que entender que a medida que aumentemos el compromiso con los colores, esos ítems se fueron tachando. La luz de esperanza se llama Estadio Pedro Bidegain. Unidos, los hinchas de San Lorenzo construimos un estadio para volver a ganar campeonatos y nuestras primeras dos copas internacionales. Unidos, comprometidos, hablando con todos, escuchando, concluyendo, eligiendo, participando, leyendo, escribiendo, alentando y trabajando, se puede volver a Boedo, y seguro que se alzarán varias Libertadores. Ya no podemos seguir reclamando a los políticos porque hace muchos años que no da resultado esa fórmula. Es menester que nos unamos como socios e hinchas comprometidos para cambiar, para torcer el rumbo de una política añeja y viciada que no nos ha llevado a otro lugar que no sea el fracaso, al desánimo. Este año centenario, la masa se manifestó con banderas, cantitos y panfletos. Se vieron dos modelos de remeras que proyectan la vuelta al barrio de Boedo, no dejemos que esto sea una bengala pasajera.

Este año el socio e hincha de San Lorenzo se manifestó con diferentes movidas que fueron desenmascarando el juego del gobierno. Una bandera de 100 metros afirmó durante varios partidos que San Lorenzo va a volver a Boedo. Pero no alcanzó. Los dirigentes la volaron de un plumazo y todo siguió como si nada porque se le ganó a un equipo del Nacional B (Huracán) al peor Independiente de toda su historia y se llegó a la final arreglada para Boca como invitados de Honor con Savino a la cabeza y su beso de judas.

Suerte que la bandera no estaba en el sorteo, tal vez le hubieran echado la culpa, antes que reconocer su inutilidad, su falta de valores y moral para defender el legado de Lorenzo Massa. Pero es tocarles las bolas a un muerto seguir hablando de los dirigentes. Hablemos de nosotros, de cómo mejorar. Pensemos un San Lorenzo mejor desde el compromiso de cada hincha. Hay que dejar escapar ese fuego que arde en el pecho cuando uno habla del Ciclón, tenemos que hacer de ese fuego una bandera. Una revolución. La luz de esperanza también se enciende recordando a los que batallaron el 30 de noviembre. Ellos marcaron un rumbo. Así como hay mierda para revolver, se ven gestas digna de esta tribuna. No perdamos el norte.

Este 2009 que comienza es la continuidad de un año que para nosotros comenzó en abril y termina en abril. No bajemos los brazos, nos asomamos a la gloria. Desde la mAFiA se encargaron de aclararnos cual es el lugar que quieren que ocupemos, no fueron sutiles, si ganaron ellos es porque desde adentro no hubo respuesta homogénea. Algunos pensamos que nos estaban tocando el culo, los dirigentes piensan que todo fue justo, otros le echan la culpa a los jugadores mercenarios, otros a los hicnhas que ocupados por la vuelta no alentaron al equipo (hay cada uno en San Lorenzo...). Lo cierto es que tenemos que cambiar esta cabeza, hay que pensar juntos en un San Lorenzo mejor, para eso es primordial respetarnos, dejar los celos y la misera periférica que no permite abanzar ni a unos ni a otros. Dejar de mirarnos de costado para mirarnos de fernte. Hay que escuhar mejor y a la hora de matar, apuntar al verdadero enemigo. Volver volvemos todos, porque San Lorenzo es todo, somos todos, eso hay que entenderlo. Corremos el riesgo de no darnos cuenta y seguir contribuyendo a una política en círculos, que no abre ninguna puerta, sin creatividad, sin compromiso, desgastante. Más de lo mismo, más Savinos, más Mieles, no cerremos este año diciendo Felicidades, para eso falta.



Seamos concientes que cada uno de los personajes que hoy creen estar llevando a San Lorenzo de regreso a la gloria, no son más que puntos en un planeta, entiendan que San Lorenzo es enorme para creer que somos algiuien. Juntos, somos San Lorenzo, por separados seremos buenos intentos frenados por otros buenos intentos, envueltos en celos y envidias, en disputas menores por poderes menores, San Lorenzo necesita un gesto de dignidad. De grandeza.

Cerremos el año pensando cómo mejorar este club, que le da lugar a los políticos de cuarta, le da lugar a los empresarios, le da lugar a la mAFiA, le da lugar al puterío interno, a planteles miserables y corruptos, y sobre todo, le da lugar a guerras intestinas entre hinchas que nos alejan más y más del objetivo. Pensemos en la gloria que queremos para San Lorenzo, y vayamos por ella.

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