miércoles, 18 de junio de 2008
Comunicado de PA sobre la ultima reunion de CD
Los sistemas electorales, los estatutos sociales siempre son incompletos, deficitarios, imperfectos. Mucho más si se trata de los establecidos en San Lorenzo.
Pero tienen algunas aristas rescatables por la positiva.
Hay un oficialismo, que con todo derecho decide las cosas, y que tiene como práctica imponer sin buscar consensos. Si alguna o algunas de las agrupaciones opositoras llegaran a la conducción del club, quizás establecerían otras prácticas, quizás no, habría que ver en los hechos. Y hay una oposición ninguneada, con participación que se pretende sea solamente formal.
Pero lo positivo de toda esta imperfección, es simplemente que la presencia formal opositora permite expresar cuestiones, hacer sonar alarmas, poner sobre la mesa otras miradas de la realidad.
Es conocido lo de la mujer del César, el ser y el parecer. Y lo que aquí pretendemos traer es eso: el parecer. Que quizás el oficialismo en su deber de gestionar, de ejecutar, pueda escapársele.
Cuál es el parecer de buena parte de la masa societaria y de los hinchas de SL, que por otra parte, trasciende todos los días en los medios de difusión públicos?
Parece que existe una profunda crisis de conducción del fútbol profesional.
Parece que las decisiones del club, se adoptan en otros ámbitos que escapan al estatutario.
Parece que deciden algunos socios privilegiados o poderosos. O allegados a ellos.
Parece otras veces, que deciden los cuerpos técnicos en función de sus caprichos.
Parece que otras tantas, son los jugadores los que condicionan las decisiones o directamente dictaminan los cursos de acción.
Parece que los grupos de intereses económicos externos prevalecen claramente sobre los objetivos sociales y deportivos.
La lógica de los grupos inversores no necesariamente debe coincidir con los objetivos estatutarios. Si la conducción institucional es deficiente, seguramente primará el poder del dinero por sobre lo social, lo deportivo y lo cultural.
Cierto es que forman parte de una realidad global en donde las necesidades, las impaciencias febriles, las presiones, generan el ámbito propicio para que los negocios financieros atropellen y avasallen los mejores propósitos. Se han transformado en una realidad innegable y difícil de eludir. Negocios que para efectivizarse obligadamente en algún momento no repararán en sentimentalismos o sanas pasiones. Gestores externos que invierten, deciden, condicionan y retiran, sin obviamente hacerse cargo ni siquiera mínimamente por los problemas diarios que revelan instalaciones a la miseria, faltas de indumentaria de las disciplinas no marketineras, desatención a los socios, y toda la gama de dificultades de cualquier gestión de esta índole.
Allí donde se elevó la cotización de la inversión...realización, salida, clink...caja.
El esfuerzo en equilibrar estas cuestiones requiere de combinar inteligencia, autoridad moral, honestidad, y capacidad de gestionar proyectos colectivos.
Lamentablemente, no es el caso de San Lorenzo Institución.
Cuando a las reuniones de CD, nada menos que el Presidente formal y el Tesorero formal son asiduos ausentes de las mismas. Cuando los generalmente deficitarios informes financieros aparecen sin el mínimo respaldo documental. Cuando firman autoridades ya caducas y perimidas. Cuando se aprueban temas vitales (ventas de jugadores, contratos, premios de torneos ya finalizados, préstamos de dinero, etc) con demoras de meses. Cuando toda opinión es silenciada por la inclaudicable, inconmovible y vehemente vocación de levanta-manos. Cuando no existen proyectos.
Cuando todas esas cosas aparecen impactando simultáneamente, el colapso es fácilmente perceptible.
Y frente a esto, nuestra palabra crítica, es en el fondo, de aliento al oficialismo en esta CD. De aliento para que recuperen ese poder de decisión, en forma clara, sin dudas, sin confusiones de roles. Que retomen el rumbo institucional perdido.
Que sean las autoridades legales de SL las que escuchen los disensos, argumenten buscando disuadir en democracia, y finalmente decidan sobre el futuro del Club.
Si ello ocurre, sin duda será para beneficio de SL, y nadie podrá oponerse. Nadie podrá criticar porque retacear el apoyo significará estar en contra del progreso. Los gritos de las discusiones, serán cambiados por los gritos de éxitos.
Por todas estas cuestiones, los integrantes de Progreso Azulgrana, nos levantamos y nos fuimos de una sesión oprobiosa.
Para no tener que lamentarnos por un mal fin de esta historia.
No vamos a convalidar en silencio la falta de respeto a los socios.
Porque pasan los años, pasan los jugadores, y a San Lorenzo, lo queremos mucho más.
Carlos P. Sánchez
Miembro Comisión Fiscalizadora por Progreso Azulgrana
Pero tienen algunas aristas rescatables por la positiva.
Hay un oficialismo, que con todo derecho decide las cosas, y que tiene como práctica imponer sin buscar consensos. Si alguna o algunas de las agrupaciones opositoras llegaran a la conducción del club, quizás establecerían otras prácticas, quizás no, habría que ver en los hechos. Y hay una oposición ninguneada, con participación que se pretende sea solamente formal.
Pero lo positivo de toda esta imperfección, es simplemente que la presencia formal opositora permite expresar cuestiones, hacer sonar alarmas, poner sobre la mesa otras miradas de la realidad.
Es conocido lo de la mujer del César, el ser y el parecer. Y lo que aquí pretendemos traer es eso: el parecer. Que quizás el oficialismo en su deber de gestionar, de ejecutar, pueda escapársele.
Cuál es el parecer de buena parte de la masa societaria y de los hinchas de SL, que por otra parte, trasciende todos los días en los medios de difusión públicos?
Parece que existe una profunda crisis de conducción del fútbol profesional.
Parece que las decisiones del club, se adoptan en otros ámbitos que escapan al estatutario.
Parece que deciden algunos socios privilegiados o poderosos. O allegados a ellos.
Parece otras veces, que deciden los cuerpos técnicos en función de sus caprichos.
Parece que otras tantas, son los jugadores los que condicionan las decisiones o directamente dictaminan los cursos de acción.
Parece que los grupos de intereses económicos externos prevalecen claramente sobre los objetivos sociales y deportivos.
La lógica de los grupos inversores no necesariamente debe coincidir con los objetivos estatutarios. Si la conducción institucional es deficiente, seguramente primará el poder del dinero por sobre lo social, lo deportivo y lo cultural.
Cierto es que forman parte de una realidad global en donde las necesidades, las impaciencias febriles, las presiones, generan el ámbito propicio para que los negocios financieros atropellen y avasallen los mejores propósitos. Se han transformado en una realidad innegable y difícil de eludir. Negocios que para efectivizarse obligadamente en algún momento no repararán en sentimentalismos o sanas pasiones. Gestores externos que invierten, deciden, condicionan y retiran, sin obviamente hacerse cargo ni siquiera mínimamente por los problemas diarios que revelan instalaciones a la miseria, faltas de indumentaria de las disciplinas no marketineras, desatención a los socios, y toda la gama de dificultades de cualquier gestión de esta índole.
Allí donde se elevó la cotización de la inversión...realización, salida, clink...caja.
El esfuerzo en equilibrar estas cuestiones requiere de combinar inteligencia, autoridad moral, honestidad, y capacidad de gestionar proyectos colectivos.
Lamentablemente, no es el caso de San Lorenzo Institución.
Cuando a las reuniones de CD, nada menos que el Presidente formal y el Tesorero formal son asiduos ausentes de las mismas. Cuando los generalmente deficitarios informes financieros aparecen sin el mínimo respaldo documental. Cuando firman autoridades ya caducas y perimidas. Cuando se aprueban temas vitales (ventas de jugadores, contratos, premios de torneos ya finalizados, préstamos de dinero, etc) con demoras de meses. Cuando toda opinión es silenciada por la inclaudicable, inconmovible y vehemente vocación de levanta-manos. Cuando no existen proyectos.
Cuando todas esas cosas aparecen impactando simultáneamente, el colapso es fácilmente perceptible.
Y frente a esto, nuestra palabra crítica, es en el fondo, de aliento al oficialismo en esta CD. De aliento para que recuperen ese poder de decisión, en forma clara, sin dudas, sin confusiones de roles. Que retomen el rumbo institucional perdido.
Que sean las autoridades legales de SL las que escuchen los disensos, argumenten buscando disuadir en democracia, y finalmente decidan sobre el futuro del Club.
Si ello ocurre, sin duda será para beneficio de SL, y nadie podrá oponerse. Nadie podrá criticar porque retacear el apoyo significará estar en contra del progreso. Los gritos de las discusiones, serán cambiados por los gritos de éxitos.
Por todas estas cuestiones, los integrantes de Progreso Azulgrana, nos levantamos y nos fuimos de una sesión oprobiosa.
Para no tener que lamentarnos por un mal fin de esta historia.
No vamos a convalidar en silencio la falta de respeto a los socios.
Porque pasan los años, pasan los jugadores, y a San Lorenzo, lo queremos mucho más.
Carlos P. Sánchez
Miembro Comisión Fiscalizadora por Progreso Azulgrana
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