A no confundir los tantos.

Esta tarde, en el ridículo horario de las 5 de la tarde, vamos a estar recibiendo a Velez por la 6ta fecha del Torneo Clausura 08. En la ultima década Gamez ha intentado reiteradas veces posicionar a su Club como una institución de las “grandes” del fútbol local. Intento colocar a Velez en los torneos de verano y con la desaparición en el plano futbolístico de Huracán vio en el Ciclón un rival que pudiese ayudarlo a elevar la importancia del Club de Liniers. Una de las grandes filosofas contemporáneas que la Santa Televisión nos regala día tras día no lo podría haber graficado mejor: “Se me quieren colgar de las tetas” (Dixit Moría Casan, bien aplicable a lo que los cuervos sufrimos por parte de ellos).

La década de gloria que tuvo Velez bajo la conducción de Carlos Bianchi le elevó la moral a los dirigentes de un Club que históricamente fue chico, y se creyeron más de lo que pueden bancar desde las tribunas. Pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre.

Velez es un equipo chico, pero podría ser grande. Y eso es lo que mas le duele a ellos

Velez tiene títulos internacionales de equipo grande
Velez tiene títulos nacionales de equipo grande
Velez tiene un estadio de equipo grande.
Velez tiene divisiones inferiores e infraestructura de equipo grande.
Velez, a lo largo de su historia, ha tenido jugadores de equipo grande.

Pero Velez es un Club chico.

Y a Velez lo hace chico su gente, y esa es la mochila que sus hinchas no se pueden sacar de encima. Ellos saben que no estan a la altura de lo que su Club ha conseguido. A diferencia de la gente del Ciclón, que se merece muchas mas alegrías que las que desde la cancha y la dirigencia nos han brindado, Velez es un canto a la dirigencia, jugadores y técnicos. Pero de hinchas sabe poco y nada. Y lo tienen bien claro, y los frustra. Saben que ellos no se merecen el Club que tienen, saben que si el mundo futbolistico no los acepta como un Club grande es pura y exclusivamente por culpa de ellos.

Cuando Velez se quiere sentar a discutir de grandeza, ni los equipos del establishment, ni los empresarios o los amargos, y mucho menos nosotros, le damos bola. Y el sindrome de inferioridad no lo pueden disimular. Ellos, íntimamente, sienten al Ciclon como su clasico; nos arman escenarios, desfiles, murgas, parlantes, voces del estadio que incitan a la violencia, banderas, remeras. En fin: hacen todo lo posible para crear un clima de conflicto con los hinchas del Ciclón. Lamentan que no les demos cabida, pero lo cierto es que nadie mejor que nosotros sabe lo que es Velez.

Velez es un Club que nos cedió su estadio para que hagamos las veces de local cuando deambulábamos por cualquier cancha, hasta que se dieron cuenta que Liniers se hizo cuervo y nos echaron del barrio. Vieron como sus hinchas entendían que no hay punto de comparación y los colores del Ciclón los terminaron de enamorar. Es la cruel y triste realidad con la que tienen que convivir cada vez que alguno de ellos se sienta a hablar con un vitalicio, o agarra algún libro de su historia. Y lo mas gracioso es que a nosotros nos resbala. Vos cuervito de las nuevas generaciones preguntale a tu viejo o a tu abuelo que era Velez hace 3 decadas. Ponian carteles en su sede prohibiendo entrar con remeras de otro Club porque el azulgrana decoraba la confiteria.

un extracto de una nota que Favio Marrazzo le hizo a Roman Perroni, el periodista de MundoAzulgrana que escribio "San Lorenzo de los Milagros", dice lo siguiente :

F.M :-Antes dijiste que San Lorenzo marcó un antes y un después (del paso en la B), ¿a qué te referías?
R.P: Gracias a su paso por la B, San Lorenzo atrajo la atención del ambiente futbolero. Y muchos hinchas de otros clubes se hicieron del Ciclón. Por ejemplo a Vélez le terminó saliendo caro el alquiler de su estadio: sus socios, hinchas y vecinos se hacían de San Lorenzo. A tal punto que, en 1984, no le quiso alquilar más la cancha. Fue tanto el contagio que llegaron a poner carteles en sus instalaciones con la leyenda: “Prohibido entrar al club con divisas de otras instituciones”.

No hay que dejarse engañar por los inescrupulosos dueños del negocio que por vender un par de tapas mas crean rivalidades y clásicos donde no los hay. Lamentablemente, nuestro clásico barrial nunca estuvo ni va a estar a nuestra altura, pero tampoco lo podemos negar. Y de ahí en adelante, nosotros caminamos solos.






Nota: La longitud de esta editorial no se corresponde con la importancia del rival, pero es necesario dejar bien en claro que más allá de los intereses mediáticos y dirigenciales del sector velezano, San Lorenzo no se merece que se lo intente emparentar con clubes de esta estirpe.