viernes, 4 de julio de 2008

La falsa diyuntiva de la Vuelta o la copa

Vuelta o copa no sería una disyuntiva en un club con un proyecto integral, tanto futbolístico como social. Alguna vez en San Lorenzo lo entenderemos y seremos el gigante que mañana mismo podríamos empezar a ser o no lo entenderemos y seguiremos como ahora, o mucho peor.



Mientras tanto seguiremos con la hipocresía; "Amo Pompeya pero hoy no voy (el próximo partido tampoco)" o "El estadio es hermoso, lástima la zona" son, entre otras, algunas de las frases recurrentes al oído sanlorencista. Si alguna vez usted las pronunció, no se alarme, entendemos que todo es difícil cuando no hay un mensaje por si o por no de la dirigencia.

Pero, en contraposición, ello no quita ni que la lucha por la vuelta sea estéril ni tampoco que San Lorenzo no se merezca tamaño objetivo que lucha contra el tiempo, contra aquellos cortoplazistas que promulgan otra de las máximas ("Como no lo voy a ver, no me importa") o, simplemente, contra simplistas que, argumentos vacíos mediante, emplean otros postulados no menos conocidos que los anteriores como quienes prefieren imponer una relación comparativa entre años y títulos que obtuvo el Ciclón en sus dos estadios.

Para todos ellos hay respuestas y, desde ya, son ellos la masa que realmente puede cambiar la historia. Son ellos quienes deben incluirse, y no los militantes por la vuelta quienes los excluyan.

Insistimos, para todos ellos hay respuestas. ¿Ejemplos? A continuación.

Debemos luchar por la vuelta, aunque no seamos generacionalmente aptos para verla (axioma mentiroso, si los hay), porque nuestros hijos sí merecen un San Lorenzo en Boedo.

Debemos pelear por un estadio en el barrio, también para los vecinos, porque el día que la institución se adueñe de Carrefour habrá, en esas manzanas, un estadio que jerarquizará a Boedo y le devolverá su personalidad.

Y porque aunque ganemos 100 títulos en Pompeya, nada se compararía con recorrer Avenida La Plata junto a La Gloriosa cantando "Soy de Boedo" y entrar al estadio y ver la cara de envidia de los eventuales rivales (¿River, Boca.que importa cuales?) que en algún momento se animaron a burlarse del Ciclón, el mismo que les demuestra que no es "el más grande" o "el gigante" porque esas son categorías que el periodismo impone para la gilada, que vieran que San Lorenzo es, simplemente, diferente a ellos; un sentimiento eterno, algo que ellos olvidaron hace mucho para pasar a ser meras excusas para hacer negocios con el fútbol.

Mientras tanto, en Boedo todavía yace la historia del tiempo. Avenida La Plata nos espera.


DEBOEDOVENGO

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