miércoles, 9 de julio de 2008

Errores de pocos perjudican a todos

Siempre es saludable reconocer los propios errores; sin embargo, de nada sirve si no se tienen en cuenta para modificar el modo de conducir la gestión.

Lamentablemente, la contratación de los hijos del ex técnico azulgrana ("un premio por haber salido campeón", tal como declaró Savino), no fue un paso en falso aislado sino otro más para agregar a la lista de decisiones sobre el fútbol profesional que afectan directamente el patrimonio del Club y la ilusión de los hinchas.

También fue un error el manejo del conflicto con Sebastián Saja, quien finalmente se desvinculó y firmó su pase sin que quedara ni un peso en San Lorenzo. O, lo mismo, cuando se le pagó a Andrés Silvera un resarcimiento económico (US$ 120.000) aun teniendo el contrato en vigencia, y que, a pesar de esto, demostró desgano y faltas de respeto alarmantes. También es inapropiado traer jugadores a través de un grupo inversor sin siquiera acordar una opción de compra por algún porcentaje. En estos días trascienden ofertas millonarias por Gonzalo Bergessio sin que podamos participar del negocio ni en una mínima parte, como si la camiseta que lo catapultó a esas cifras fuese de un equipo de escasa categoría.

Habría que replantear, además, la manera de negociar la venta de los jugadores que todavía pertenecen a San Lorenzo. El 50% del pase de Jonathan Botinelli fue cedido por US$ 1.100.000. En ese momento era jugador de selección y titular en un equipo a punto de ser campeón. Otros clubes defienden con más inteligencia sus recursos: Pellerano se vende en 5 millones de dólares y un central como Matheu, resistido en Independiente hasta hace unos meses, en 3 millones. Ninguno fue convocado a la selección, ni salió campeón con su equipo.

La opción de compra acordada con la UC de Chile por Darío Botinelli es otra muestra. En sólo seis meses un equipo de un fútbol de menor jerarquía y menor poder económico lo transfirió en prácticamente el doble del valor de adquisición. Y también fue un error dejar ir a Cristian Ledesma, el mejor volante central del fútbol argentino, campeón y líder del equipo que iba por la gloria en la Libertadores. La prueba está en que desde que se fue se está intentando repatriarlo.

Ninguna dirigencia está exenta de errores y tropiezos. Más allá de nuestro voto negativo en Comisión Directiva al resarcimiento a Silvera, a la venta de Ortiz y al pago de comisiones extraordinarias e injustificadas a representantes de jugadores, no es tiempo de lamentos, pero sí de reclamos. Sobre todo que el fútbol profesional, que es la actividad que más dinero mueve en San Lorenzo y la que más compromete el futuro de la institución, no siga siendo manejado con hermetismo y arbitrariedad por una sola persona. Si el presidente Savino consultara y debatiera las decisiones que toma, incluso entre los mismos dirigentes oficialistas, seguramente se reducirían los gruesos errores que, desgraciadamente, ya nos hemos acostumbrado a observar.

Carlos Sánchez - Juan Carlos Temez - Ramiro Monner Sans

PROGRESO AZULGRANA

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